La soldadura es fundamental para la industria moderna, pero sus orígenes se remontan a milenios atrás. Desde las Edades del Bronce y del Hierro, el ser humano desarrolló métodos para fusionar metales. Con el paso del tiempo, este arte pasó de martillear metales calientes a usar arcos eléctricos, llamas de gas y herramientas digitales de última generación. Hoy en día, la soldadura combina la tradición con la innovación de vanguardia, tendiendo puentes entre las habilidades físicas y la tecnología digital.
La evolución de la soldadura: de la forja al arco eléctrico
Cada paso de la soldadura de forja a la soldadura por arco, de los electrodos revestidos a la automatización, fue construyendo gradualmente los cimientos de la soldadura moderna.
La soldadura de forja: Antigüedad y Edad Media

Alrededor del año 3000 a.C., las primeras civilizaciones de la Edad de Bronce fabricaban cajas de oro y herramientas de bronce usando presión y calor: una forma primitiva de soldadura.
Hacia el año 1000 a.C., los herreros egipcios utilizaban la soldadura de forja calentando el hierro en carbón y martillándolo para unirlo. Esta técnica se generalizó durante la Edad Media, gracias a los artesanos herreros.
Los albores de la soldadura eléctrica: Principios del siglo XIX
En 1800, el químico británico Sir Humphry Davy creó el primer arco eléctrico corto pasando una corriente eléctrica entre dos varillas de carbono. Aunque breve y no destinado inicialmente a la soldadura, este experimento sentó las bases para futuros desarrollos de la soldadura por arco eléctrico al demostrar que la electricidad podía generar calor intenso.
Sólo dos años más tarde, en 1802, el científico ruso Vasily Petrov descubrió de forma independiente el arco eléctrico continuo, un gran avance con respecto a las ráfagas cortas de Davy. Petrov reconoció su potencial para fundir metales y propuso usarlo en aplicaciones industriales, anticipando de hecho el papel que desempeñarían los arcos eléctricos en el futuro de la tecnología de unión y soldadura de metales.
El nacimiento de la soldadura por arco de carbono
En 1881, el ingeniero francés Auguste de Méritens realizó un importante avance al usar un arco eléctrico con electrodos de carbono para soldar placas de plomo para baterías. Su trabajo demostró que los arcos eléctricos podían aplicarse en tareas de soldadura prácticas y controladas, sobre todo en materiales delicados como el plomo. De Méritens patentó lo que se considera el primer proceso de soldadura por arco, sentando las bases para futuras innovaciones en los métodos de soldadura eléctrica.
Ese mismo año, Nikolai N. Benardos, un inventor ruso, en colaboración con el polaco Stanisław Olszewski, avanzó aún más en este campo al desarrollar y patentar un método conocido como soldadura por arco de carbono. Su sistema incluía algunos de los primeros portaelectrodos, que permitían un mayor control y precisión. Esta invención es ampliamente reconocida como la primera máquina de soldadura por arco bien definida, marcando un momento crucial en la transición de las técnicas experimentales a los procesos de soldadura industrial funcionales y repetibles.
Electrodo metálico y soldadura con electrodo: Finales del siglo XIX
En 1888, el ingeniero ruso Nikolay Slavyanov introdujo una técnica innovadora al desarrollar el primer método de soldadura por arco con electrodos metálicos consumibles. A diferencia de los métodos anteriores, que usaban electrodos de carbono no consumibles, el proceso de Slavyanov permitía que el propio electrodo se fundiera y formara parte de la soldadura, lo que lo convirtió en una versión temprana de lo que más tarde se conocería como soldadura con electrodo. Este avance mejoró significativamente la resistencia y la eficacia de la soldadura al depositar directamente el metal de aporte en la unión.
Sólo dos años más tarde, en 1890, Charles L. Coffin, un inventor estadounidense, obtuvo la primera patente estadounidense de soldadura por arco con electrodo metálico. El método patentado por Coffin se basaba en el concepto de Slavyanov y perfeccionaba el uso de electrodos metálicos en la soldadura por arco. Su contribución sentó las bases de la soldadura por arco metálico con electrodo revestido (SMAW), un proceso que se convertiría en una de las técnicas de soldadura más utilizadas y fiables tanto en la industria como en la construcción.
Automatización, blindaje y auge de los métodos modernos
En 1893, el químico alemán Hans Goldschmidt inventó la soldadura por termita, un proceso que usa una reacción química entre polvo de aluminio y óxidos metálicos para producir temperaturas extremadamente altas. Este método, también conocido como soldadura exotérmica, resultó especialmente útil para unir vías de ferrocarril y otros componentes pesados de acero debido a su capacidad para crear uniones resistentes y sin escoria sin necesidad de fuentes de calor externas.
En 1900, Strohmenger en el Reino Unido y Kjellberg en Alemania introdujeron los primeros electrodos revestidos, que mejoraron notablemente la estabilidad del arco eléctrico durante la soldadura. Esta innovación sentó las bases de una soldadura de calidad más uniforme y un mejor control del arco.

En la década de 1920 empezaron a aparecer las soldadoras automáticas, que revolucionaron el panorama industrial al aumentar la productividad y la repetibilidad en la producción de soldaduras.
Durante este período, también tomó forma el desarrollo de las técnicas de soldadura por arco con protección de gas, que condujeron a la creación final de la soldadura con gas inerte de tungsteno (TIG) y la soldadura con gas inerte metálico (MIG), ambas esenciales para las aplicaciones industriales de alta precisión y alta velocidad.
Presentación de la solución Seabery
A lo largo de la historia de la soldadura, el proceso ha evolucionado constantemente: avanzando desde el martilleo manual y las técnicas de forja hasta los arcos eléctricos, la protección con gas y la automatización moderna. Hoy, Seabery continúa este legado de innovación presentando su vanguardista simulador de soldadura de realidad aumentada, que lleva la evolución de la soldadura a la era digital.
La solución de Seabery integra la digitalización y la metodología industrial en la formación de soldadura. Al simular juntas y técnicas de soldadura del mundo real en RA, salva el campo entre la teoría y la práctica.

El simulador es compatible con la formación en soldadura MIG, TIG y con electrodo, por lo que es igual de eficaz para las técnicas básicas de soldadura que para la sofisticada robótica industrial rígida.
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En esencia, refleja la trayectoria de la soldadura: de las operaciones manuales al arco electrificado y al proceso totalmente guiado, respaldado por datos y habilitado digitalmente.
El arco de la soldadura se encuentra con la realidad digital
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