¿Por qué gestionar en base a valores? ¿Cuál es la diferencia entre gestionar por valores y gestionar por competencias? De forma tradicional la gestión de personas llevada a cabo, implicaba trabajar por procedimientos y aptitudes. Trabajar en base a valores y competencias además de eso, implica trabajar por la gestión del talento, implica trabajar por y para las personas.
Y es que ahora, lo importante no es el qué hacer, sino el cómo hacerlo. Ahora lo que realmente garantiza el éxito de una compañía, no es la experiencia o los conocimientos, sino la puesta en práctica de cualidades personales que forman parte de cada uno de nosotros, nuestra propia esencia puesta al servicio de cómo hacemos la cosas.
Los valores son sentimientos y las competencias acciones que reflejan esos sentimientos. Una competencia es la puesta en práctica de un valor. Los valores, son sentimientos que se generan a partir de la identidad corporativa compartida, entre los trabajadores de una organización. Podríamos decir que los valores se escriben con el corazón y las competencias con la cabeza.
Los valores son el alma de las organizaciones. Valores tales como el talento, la creatividad, la excelencia, la felicidad y la empatía. Valores que permiten alcanzar la excelencia.
Los valores impulsan nuestro trabajo, marcan patrones para la toma de decisiones, y promueve un cambio de pensamiento. Los valores generan compromiso, identidad compartida y sentimiento de pertenencia. Los valores organizacionales repercuten en el talento y optimizan los resultados.
La puesta en práctica de los valores es una apuesta por las personas, como motor generador de ventajas competitivas sostenibles a nivel estratégico. Apostar por las personas es creer y crear organizaciones diferenciadas. Dirigir y gestionar en base a valores es, dar la libertad de obtener el máximo rendimiento organizativo, fomentando la autonomía y la pasión de nuestros trabajadores.