Brillaba mucho el sol – o eso me parecía – Llegué a la nave de la calle Almadraba cargado de nervios, energía e ilusión a partes iguales. Era mi primer día de trabajo y me presentaron a un grupo de personas, unas veinte, que eran las que componían el capital humano de la empresa. Desde ese momento lo tuve claro: Seabery era el sitio donde quería trabajar. Entorno joven, dinámico, altamente técnico y con un proyecto exitoso y socialmente responsable a nivel mundial. Y todo esto en mi querida Huelva; qué más podía pedir.
Hoy, tres años y medio más tarde, hemos casi triplicado la plantilla y el talento, con compañeros trabajando en remoto, tenemos dos sedes, vendemos en aproximadamente 50 países, hemos organizado un exitoso congreso internacional, somos referente en el sector y, lo que sin duda es más importante: tenemos nuevos proyectos y retos que nos permitirán seguir creciendo hasta, literalmente, donde cada uno de nosotros quiera llegar.
Para que este crecimiento sea sostenible y esté bien apuntalado, nos tenemos que poner a la altura profesional que el entorno global nos exige, por lo que como empresa e individualmente, tendremos que dar lo mejor de cada uno, con mucho trabajo y humildad, pero sin ningún tipo de complejos. Y es por esto, y como medida más inmediata, que tengo el honor de comunicaros oficialmente que… ¡vamos a abrir nuestra primera oficina en Madrid!
A medida que se vaya concretando la apertura se compartirá más información, pero de momento comentaros que el objetivo de esta oficina será tanto de carácter estratégico como para seguir incorporando los perfiles necesarios para desarrollar el negocio; además de que para que tengáis otra “casa” cuando paséis por Madrid. El responsable de este proyecto será un nuevo compañero que se incorporará este mes, Victor de Vega, que ya conoceréis en su momento, pero os aseguro que vais a disfrutar trabajando con él.
Seabery es un sitio chulo para estar y seguimos trabajando día a día para conseguir que sea el mejor sitio para trabajar. Nos queda mucho por hacer y necesitaremos la ayuda de cada uno de vosotros, pero tenéis mi palabra de que lo conseguiremos.
Adolfo García